jueves, 4 de septiembre de 2008

Último tango en el París (1a parte)


... sólo sé que al rumor de tus tangos, Malena
Te siento más buena, más buena que yo.

MALENA

Se puso el vestido negro de un sólo movimiento y este calló hasta el nivel de sus blancas y limpias rodillas.Angie le arrancó un beso y le acarició el cuello con la destreza de una serpiente sigilosa, húmeda y cariñosa.Ambas sonrieron y entre sonrisas tomaron un cigarrillo mentolado de aquella cajetilla olvidada en el eterno sillón negro del fondo de ese sótano. Angie le robó un segundo beso y este incluyó un pequeño jugueteo de dientes lengua y labios. Se ocuparon por algunos minutos del cigarrillo y de nuevo Angie acechó acariciándole los muslos y las nalgas con la fiereza que ya había demostrado.

Me toca - afirmó después de escuchar su nombre y comenzó a subir lentamente la escalerilla contando uno a uno sus pasos. De pronto se dio la vuelta, regreso corriendo y fue ella quien tomó a Angie del brazo para que ambas dieran tres pasos largos bailando un ritmo semilento.

¡Estás loca cabrona! – dijo Angie.
¡Estoy enculada, pendeja¡ - le respondió.

Se escuchó el segundo llamado y ahora subió deprisa los nueve escalones sin importarle que los enormes tacones sintéticos se resbalaran en el piso. Apenas llegó arriba, se dio cuenta que en su carrera por subir había tirado el cigarrillo. Arrebató uno nornal, no mentolado, a un tipo alto que la miraba llegar desde una mesa cercana a la escalera. Digamos que se lo cambió por un beso y una mueca lanzados al aire sólo para él y se apresuró de nuevo a la pista antes de escuchar los primeros acordes de aquel tango, su tango de trabajo.

Al pie de aquel templete, un mesero con ademán de chambelán, le daba la mano mientras el sonido local anunciaba la llegada de la bella “Malena”.

Tomó su lugar encogiendo la figura como un ser frágil e indefenso. Se escuchó un intento de silencio y entre los pocos murmullos comenzó a escucharse la música.
Malena salía de sí misma entre aquellos acordes de piano y bandoneón, emergía como en un autonacimiento y sus movimientos eran lentos y bien coordinados. Movimientos propios, como si los hiciera sólo para ella y para nadie más. Una vez de pie, se cubrió el rostro con la mano izquierda y la derecha mostró el cigarrillo, lo fumó suavemente expulsando una fumarola larga, blanca y delgada. Dio uno, dos, tres pasos largos, un giro y mostró su cara apacible. Cuatro, cinco, seis pasos de regreso y tomó el tubo con una actitud retadora invitandolo a seducirla. Lo enfrentó, lo retó de frente.
Giro y levantó una pierna, lanzó el cuerpo hacia atrás y recuperándose al instante volvió a dar los tres, los seis pasos. Caminó en círculo y se encontró con un segundo tubo para enfrentarlo como al primero. Lo abrazó para deslizarse y llegar de nuevo hasta el piso. Esperó. Con otro acorde del piano volvió a levantarse para tirar el cigarro casi consumido, apagarlo con la punta del zapato derecho y acariciarse desde los hombros hasta las rodillas cruzando las manos para despojarse del negro vestido.
La música bajó de intensidad y no había nada más en la pista que su desnudez y un orgullo que acaparaba todas las miradas. La luz bajó su intensidad y la música subió de tono. Comenzó un último paseo alrededor de los tubos, ese paseo final (más de torero airoso que de eterna milonguera) con el que siempre ella, la bella ”Malena” cerraba su presentación.

Volteó hacia la puerta y vió que aquel hombre alto del cigarrillo salía del París con Angie al brazo. El portero pedía el pago de la salida mientras su amiga tomaba su abrigo. El tipo la tomaba del brazo y salían juntos.

Dios mio, cuída a esta pendeja. - Suplicó en una frase ahogada mientras escuchaba un mar de aplausos. Retomando una sonrisa volvió a su paseo triunfal para terminar su rutina.

7 comentarios:

El Gabo dijo...

El texto es parte de alguna novela? o pura inspiración divina.

Saludos

Gabo

TLACUILO dijo...

...es la primera parte de un cuento q estoy armando para el Blog. Espero kede!

Saludos Gabo !

TLACUILO

El Gabo dijo...

Está quedando cool!! voy a seguir el cuento con mucho interes.
Por cierto, eres tambien del grupo ex-alcohotelico?

El Gabo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
TLACUILO dijo...

Bueno pues, gracias por sacarme del anonimato. Ahora los cientos de miles de lectores del Blog van a saber mi identidad, jejeje

Saludos !

TLACUILO

El Gabo dijo...

Ooooopssss, creo que hice un Homero!!!
Pero bueno ya he corregido mi falta, estoy seguro que los cientos de miles de lectores seguirán en ascuas por conocer su identidad, casi tanto como los habitantes de Metrópolis por descubrir la verdadera identidad de Superman.
Bueno mister Tlacuilo, quedo en espera de la próxima entrega de su saga, por cierto ha leído usted alguna novela de Juvenal Acosta, si no es así se lo recomiendo mucho.

Saludos

Gabo

esdoglairs dijo...

y la segunda parte?