Poco o mucho, el hecho es que la costumbre te atrapa, me atrapó a mí aprendiendo a mirarte y aun te miro así, ataviada en alas de ángel, al cobijo de tus alas mi mundo se hace claro, bajo tu brisa el sol no quema y la alegría no sobra, nada de laberintos sin salida ni flores muertas, el único laberinto al que regreso siempre es aquel donde me inundan tus ojos de agua y en su marea de olivo vuelvo a bregar para sentirme vivo
Me atrapó la cercanía de tus pies pequeños y el eco de tu risa adornando tus silencios escasos, aún siento el invierno en mis dedos al adentrarse en la selva negra de tus matas de cabello lacio y todavía no encuentro lugar mejor donde extraviar mi mente, mis espacios, ¿Cómo no amarte a ti? lluvia de Abril que borra el sol de Mayo, ¿Cómo no amar tu espalda? que en la noche inquieta encuentra el tiempo para besar mis labios
Me acostumbre a quererte bajo el yugo de mi propia religión pagana, te adoro de rodillas y sin piernas si hace falta, bebo sin saciedad de tu sangre en infinitas veladas de nostalgia y me pertrecho en tu cuerpo, cuando se avecinan tormentas, cuando no son suficientes las espadas, rosa de los vientos mi norte sigue apuntando hacia el lugar incierto donde caminan tus pasos, por eso una vez mas aquí me tienes, perdido igual que siempre y a tu lado
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